domingo, 27 de enero de 2013

Capítulo 5


- Hola –digo con timidez- gracias por lo de esta mañana.
- No tienes que darlas, simplemente no me pareció bien lo que te estaba haciendo. Por cierto-dice tendiéndome su mano- soy Seth.
- Encantada, soy Hannah – rápidamente me aparto- Tengo que subir, si me pillan estoy mas muerta de lo que ya estoy – digo con una sonrisa.
- Ve, nos vemos pronto

Y rápidamente subo hacia el piso y sigilosamente entro en mi habitación. Solo quería tocar un poco de aire fresco. Me pongo el pijama y sin mucho esfuerzo me duermo.


Me despierto sobresaltada, creo que debido a las pesadillas. Miro a mi alrededor y veo a alguien en el alféizar de la ventana. Al principio me asusto, pienso que alguien ha irrumpido en mi habitación con malas intenciones; luego descubro que se trata de Luca y simplemente salgo de debajo de las sábanas y me incorporo. Me acerco a él.

-Hola, - digo algo intrigada - ¿cómo es que estás aquí?
- No podía dormir y tus gritos me asustaron. Decidí venir a ver qué era lo que te pasaba y estabas durmiendo. –dice algo triste.
- Siento haberte alarmado, no puedo controlar las pesadillas.
- Lo más curioso es que al llegar yo, las pesadillas cesaron.
- Tal vez deberías venir más a menudo a mi habitación – digo con una media sonrisa pícara – a mí no me importaría y además pensaremos nuestro plan, ¿recuerdas?
- Sí – dice apenado y cabizbajo.
Me acerco a él y con la mano derecha le acaricio la mejilla.
- No te preocupes, debemos ser fuertes.

Me puse nerviosa, miraba mis labios y se acercaba poco a poco. Justo en ese momento llamaron a la puerta. Era Bella, que traía mi vestuario para el entrenamiento en privado para los vigilantes. Luca me dio un beso en la mejilla y se fue a su habitación, Marco allí le esperaba.

Mi traje era negro y gris con una franja roja en el que ponía el número de mi distrito, el 7. Me lo puse deprisa y, junto a Luca que me esperaba en el pasillo, bajamos al sótano en el que ya habíamos estado estos días.

-¿Qué vas a hacer para el entrenamiento, Luca?
- Aún no lo se. Tal vez hago algo de lanzas, ya sabes, se me da bastante bien. – dice con una sonrisa – Y tu, les mostrarás tu habilidad con los cuchillos, ¿verdad?
- Creo que si, quizás hago algo más.

Todo el sótano estaba a rebosar de tributos que esperaban nerviosos a que llegase su turno. Justo cuando terminaron de llegar los últimos, empezó el entrenamiento. En primer lugar, pasa Dan, el chico que había salido como tributo voluntario en el distrito 1. Después su compañera, Panser, y así sucesivamente, primero el chico y después la chica hasta llegar a Jake. En mi interior estoy intrigada por saber qué tal le irá y desde mi mente le deseo suerte, aunque ahora le odie y a la vez le quiera. Llega mi turno. Paso. Están esperando mi llegada. Cojo unos cuantos cuchillos y tiro a los maniquíes que hay ahí. Termino y me dan permiso para irme.

- ¿Qué tal ha ido? – me preguntan. Rápidamente giro la cabeza. Se trata de Jake.
- Bien, - respondo seria – y tú, ¿qué tal?
- Ya sabes, más o menos.
- Lo siento, tengo que irme. Me esperan.
- Ya nos veremos – me dice abrumado. Se que tiene que decirme algo más – Tenemos que hablar, ¿si? En cuanto puedas.
- Todo entre nosotros está dicho, Jake. No hay nada de lo que hablar. – Y sin dejar que conteste me dirijo a Luca y le beso en la mejilla. Se que Jake está mirando y juntos nos marchamos.

Después de la cena vemos las puntuaciones de todos los tributos. Los de los distritos 1, 2 y 4, como siempre están entre 10 y 12. La puntuación de Jake, un 10. La de Luca, un 9. Ahí llega la mía. No quiero mirar. De… 12. No puedo creerlo. Todos me da la enhorabuena.
Nos dirigimos a las habitaciones, como todas las noches anteriores, Luca me acompaña hasta mi habitación.

- Por favor, quédate. Quiero pasar una noche sin pesadillas. – digo suplicando
- No se si… - dice algo dudoso – Pero… ¿por qué no?

Entramos juntos, en realidad solo para acompañarnos, pero tenemos algo de lo que hablar y durará toda la noche…

- Gracias. Paso al baño a ponerme el pijama y ahora vuelvo. Puedes meterte a la cama si quieres.-digo entrando en el baño.

Estoy nerviosa, no se qué es lo que me pasa. Estoy intrigada por saber qué será lo que pasará esta última noche. Cojo el pijama y me lo pongo. Salgo rápido. Al abrir la puerta me encuentro con Luca tumbado en la cama, enseñando ese torso suyo que tanto me gusta. Atravieso la habitación y me acomodo bajo las sábanas.

- ¿Cuál es nuestro plan para la arena? ¿Qué vamos a hacer para mantenernos a salvo el uno al otro?
- Todos piensan que tu y Jake estais muy enamorados, y estaréis juntos hasta que uno de los dos mate al otro para poder sobrevivir. - dice apenado- Al principio debemos estar separados, por lo menos la primera noche. Iré a buscarte donde haya una fuente de agua. 
- Pero yo no quiero separarme de ti. ¿Y si te cogen? - digo sollozando.
- Eso no pasará pequeña, - dice levantando mi mirada - yo me cuidaré para que volvamos juntos a casa.

Esto me recuerda a los viejos tiempos. Aún no había olvidado a Luca, por mucho que quisiera a Jake, él me importaba más. Sin más espera nos besamos. Era perfecto, como era antes. Estábamos él y yo, nada más existía. Solo su cuerpo y mi cuerpo.

- Hannah, nunca te he olvidado. Te quiero mas que a nada. - dice con lágrimas en los ojos.
- ¿Por qué no me lo habías dicho antes? Tal vez no estuviésemos aquí juntos. Yo tampoco te he olvidado, aunque quiera a Jake, tú me importas más.

Pasámos así toda la noche, juntos, abrazados. Me dormí, su calor me hacía bien era reconfortante sentirle a mi lado. Y ahora me doy cuenta de que le quiero más que a nadie, ni siquiera como he querido a Jake.
Me despierto entre besos, es Luca. Quizás no deberia haberle dejado. 

- Buenos días pequeña. - dice sonriente.
- Buenos días.
- Tengo que irme, pronto vendrá Marco a mi habitación para prepararme para el lanzamiento. Nos vemos en la arena. - y con un beso se va.
- Luca... - digo cuando está saliendo. - ten cuidado, por favor.
- Lo tendré.

Y rápidamente sale de la habitación. Pensando en él se me pasa el tiempo volando. Decido volver a vestirme con el pijama para cuando venga Bella y justo cuando termino, entra en mi habitación.

- Buenos días, Bella durmiente. Tengo aquí tu vestuario. Vamos pontelo.
Le hago caso y rápidamente me lo pongo. Me peina y juntas salimos de la habitación para dirigirnos hacia el aerodeslizador.

Llegamos y nos despedimos con un sonoro beso. La veré pronto, antes de entrar en aquel horrible tubo que me llevará a la arena, como años atrás hizo. Me insertan el dispositivo de seguimiento, y subo con los demás tributos. Todos me miran raro, y aún no sé por qué.
Llegamos y dos agentes de paz me dirigen a mi tubo y allí está Bella. Cierran la puerta y se van.

- Mucha suerte y no te separes de Luca.
- Tranquila, no lo haré - le digo con una sonrisa pícara.

<Quedan diez segundos para el lanzamiento> dice una voz extraña. Me meto en el tubo y me despido de Bella.
¿Qué me deparará la arena?

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