Alexander se acerca rápidamente hacia nosotros con su hacha
en alto. Seth y yo estamos en estado de shock, estamos desarmados y no hay
nadie cerca que nos ayude. Seth me empuja lejos de él e intenta parar a
Alexander.
-¡Seth, no! – grito a todo pulmón.
Me estoy poniendo nerviosa, Alexander va a matarlo. Debo
hacer algo, Seth morirá por mi culpa.
- ¡Hannah! Voy a morir. Quiero que sepas que te quiero.
Me encuentro mal. Yo también le quiero. Me acerco a él y le
beso, un beso rápido, de despedida. Cuando apenas le quedan unos metros para
llegar a Seth, le ocurre algo y cae. Una lanza aparece clavada en su espada, la
lanza de Luca. Lo ha visto todo, absolutamente todo. A lo lejos le veo, está
muy triste.
- Ya era hora de que se enterase. – se acerca a mi y me coge
del brazo. Bruscamente me sacudo, no quiero que me toque, ya no.
- No Seth, no. No se ha enterado de nada porque entre tú y
yo no hay absolutamente nada – y tras pronunciar estas palabras corro a por la
lanza.
Luca aún se encuentra entre los arbustos. Parece que no
respira, está boquiabierto. Siento la necesidad de pedirle perdón por todo lo
que ha visto.
- Luca…
- No Hannah, no digas nada. Ya he visto todo lo que tenía
que ver.
- Pero…
- Hannah, ya. Lo nuestro se ha acabado.
- No puede acabarse. Mi hijo necesita a su padre.
Luca palidece. Pienso que no va a querer a nuestro niño. Se
que me quiere, y yo a él también, lo que ha pasado con Seth solo era una
tontería. Sigue sin reaccionar y pienso lo peor. Quiero irme, desaparecer.
- Luca, di algo… - digo sollozando.
- ¿Desde cuándo sabías que estabas embarazada?
- Desde el día antes de entrar en la arena.
- ¿Soy yo el padre?
- Por supuesto, ¿quién más podría se?
Mira al otro lado del campamento, señalando con la cabeza a
Seth y le digo que no.
- ¿Por qué no me lo habías dicho antes?
- Tenía miedo de que al saberlo, me abandonases. No quería
perderte – digo sollozando y cabizbaja.
De repente noto sus brazos, me abraza. Me reconforta sentir
su calor, me hace bien. Ahora estoy segura de lo que realmente siento. Sí,
quiero a Seth, pero solo como amigo.
Estoy enamorada de Luca, el padre de mi hijo. Después de un largo rato
abrazados, nos separamos. Yo aún tengo los ojos húmedos y él me sonríe. Es una
sonrisa dulce, que me da seguridad.
- No os voy a dejar solo nunca más, te lo prometo – dice. Me
sonríe y roza mi vientre. Le miro a los ojos y nos echamos a reír. Después me
abraza, es reconfortante.
Minutos más tarde aparecen los demás. Debemos hablar de qué
es lo que haremos a partir de este momento, solo quedamos nosotros ocho y no
estamos dispuestos a matarnos entre todos. Además, Clarie y yo estamos
embarazadas.
Hacemos una pequeña hoguera en el centro de nuestro improvisado campamento.
-Chicos, tenemos que hablar – dice Jake.
- Sí, creo que hay algo muy importante que decidir – digo
agarrando la mano de Luca.
- Comos los últimos ocho y solo puede salvarse unos o
incluso dos pero solo si son del mismo distrito – dice Jack.
Me pongo a pensar, Jake es el único que queda de su
distrito, lo mismo ocurre con Jack, Clarie y Shasa. Las únicas parejas que
quedan son Seth y su compañera y Luca y yo. Me da muy mala espina, Seth me mira
con una sonrisa pícara. Mi vida está en sus manos y con lo que pasó hace unas
horas… De momento, Luca y yo, hemos decidido no decir nada sobre mi embarazo,
pero este es el momento preciso para anunciárselo a mis aliados.
- Tengo algo que decir. – aprieto fuerte a mano de Luca. Le
miri asiento y prosigo. – Al igual que Clarie, estoy embarazada. Sería mejor si
Luca y yo nos quedamos juntos.
Todos se quedan boquiabiertos. El primero que responde es
Seth.
- Enhorabuena – dice con una sonrisa forzada – Voy a ir a
cazar algo. Volveré tarde, no me esperéis despiertos.
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